viernes, diciembre 09, 2005

Jordania – Wadi Rum – Rakabat Jebel Um Ejil Canyon – Via L’Aperitif

Después de escalar la Orange Sunshine teníamos planeado hacer una vía que presumíamos que sería algo muy especial, como así fue.

Hacia el sur del valle de Wadi Rum, pero muy próximo al poblado, se observa la entrada a un gran cañón, que ya un ojo buen medidor, percibe que ha de tener unas paredes de tamaño inmenso. Se trata del
Rakabat Canyon. Como Rakabat significa cañón en árabe, pues la denominación en sí es eso: el cañón.

Su travesía es una excursión que nadie debe perderse, aunque requiere algunos pequeños pasos de escalada, pero si no se atreve uno a hacerlo, para eso está la gente de Wadi Rum dispuesta a ayudar.

Antes de hacer el cañón nos dispusimos a hacer esta escalada que yo recomendaría enormemente. Por un lado la belleza visual es de grado superior, ya que desde su cumbre se divisa por un lado todo el valle, con el poblado a los pies y el Jebel Rum al fondo, y por el otro está uno encima de un subcañón que muere en el Rakabat (El Kharazeh Canyon) con unas paredes impresionantes.

Pero esta escalada tiene otra faceta ya que la pared a escalar es algo único, tal como puede comprobarse en las fotos. Geológicamente es algo inimaginable e insuperable y no creo que vuelva a poner mis pies de gato en algo más espectacular.

La forma de llegar a la vía es muy fácil. Hay que dirigirse al cañón, empezar a entrar en él (superando unos pasos de grimpada) y cuando se llega a un terreno amplio en el que se entra definitivamente en el cañón, hay que irse hacia la izquierda, renunciando al cañón propiamente dicho, y bordeando una pared increíble nos situaremos enseguida bajo está maravilla geológica.

La vía tiene 150 m. y esta catalogada de V-, pero yo creo que en el primer largo, en los primeros metros, hay un paso de V. La vía se puede asegurar bastante bien, dentro de lo que se lleva por aquí y la abrieron Taylor y Howard en el 91. Reseña en la pag. 111 y explicación en la 113 del libro de Howard (Treks & Climbs in Wadi Rum).

A destacar el último largo, que sigue a un largo flanqueo hacia la izquierda, después de la R4. Es un slab negro lleno de setas de roca enganchadas a la pared, que no olvidaré en la vida, ya que no he visto nada por el estilo. Una gozada.

El descenso se hace por el lado opuesto. Se baja caminando un poco para alcanzar el punto de rapel. Puede verse en las fotos las “arpas” o barritas de roca desde donde se tira el primer rapel. Una vez abajo se camina hacia la izquierda (mirando de frente al bajar) buscando la salida del cañón (Kharazeh). Aquí hay otro rapel espectacular (anclaje en la roca en el lado derecho, ver foto) que nos dejará en el suelo, desde donde ya podemos volver caminando a Wadi Rum.

Escalada efectuada por Xavi Díez y Kim Ricarte el 9-12-2005.

Fotos.
Arriba: Llegando al final de la vía, con el poblado de Wadi Rum al fondo.
Abajo:
1) La pared donde se encuentra la vía
2) La vía a escalar va por la marcada fisura que se ve. Sitio espectacular.
3-7) Xavi en el primer largo. En la primera foto Xavi está iniciando el paso de V.
8-14) Segundo, tercer y cuarto largo. Puede verse a Xavi mostrando nuestro gran friend que finalmente utilizamos.
15) El flanqueo hacia la izquierda que lleva al slab negro que puede verse y que es escalarlo es un disfrute máximo.
16-17) En la R4, punto de partida para este flanqueo. La reunión es geológicamente íncreible.
18) Xavi llegando a lo alto.
19-26) En lo alto de la vía, con vistas al valle y a los cañones. Unas paredes impresionantes.
27-29) El primer rapel. Desde ariba, el anclaje (¡que yu-yu!) y desde abajo.
30-33) Siguiente rapel hacia el Kharazeh. Punto de inicio con el anclaje a la derecha, el cañón y dos fotos del rapel desde abajo. Espectacular todo.
34) Panorama del poblado y del Jebel Rum al fondo, el grupo de montañas más importante de Wadi Rum.


sábado, diciembre 03, 2005

Jordania – Desierto de Wadi Rum – Jebel Burdah – Vía Orange Sunshine


Teníamos claro que la primera escalada en este desierto sería al Jebel Burdah, famoso por contar con uno de los arcos de piedra más impresionantes del mundo. Mucha gente efectúa la ascensión hasta el arco, aunque requiere superar el II+ (III si se quiere pasar por el arco) para después, al descender, rapelar (o ser descolgado).

Vimos en el libro (pag.173) de
Tony Howard (uno de los pocos que hay sobre escaladas en esta zona) que había una vía no muy difícil a esta montaña y que en su descenso se pasaba obligadamente por el arco.

Después de un día de descanso y paseo por el desierto para visitar las fuentes de
Lawrence de Arabia, salimos de noche con un jeep conducido por el hermano de Salem, la persona con la que habíamos contactado por Internet y que después se convertiría en un excelente amigo. Producto de nuestra amistad fue el obsequio que le hice al hacerle una página web (con muchas de mis fotos) que tan bien le ha ido para atraer turismo al negocio que tiene montado en Wadi-Rum (trekkings, paseos en camello, excursiones en jeep, ascensiones, jaimas, etc.).

Nuestro primer viaje por el desierto fue fascinante. El Jebel Burdah no está cerca del poblado y el recorrido nos aporto dosis de incertidumbre: dos paradas para limpiar el carburador que se había llenado de arena y otra cuando el jeep se atascó en la arena, ya bajo la pared este del Jebel Burdah, que es la que queríamos escalar.

Como está orientada al este el sol naciente da de pleno en esta pared en cuanto amanece. La roca (en realidad arenisca) es de un color naranja impactante y supera al de nuestro querido Naranjo. Entendimos rápidamente porque la vía se llama Orange Sunshine. No nos costo localizarla y nos despedimos de nuestro conductor (que se quedó desatascando la rueda),acordando que nos recogería al otro lado de la montaña, al final de la ruta normal al arco, al atardecer.

A partir de ese momento entramos en una soledad absoluta impresionante.

Llevábamos una reseña flojilla, como pudimos comprobar poco después, pero lo que más nos impresionó fue el tipo de roca tan especial y la orografía de estas montañas de arenisca, en las cuales el relieve lo ha formado la erosión del viento y no el agua (sólo llueve unos días a final de Diciembre y Enero).

Como Wadi Rum es Parque Nacional está prohibido instalar parabolts. Y los seguros que hay en la vía son casi inexistentes (y los friends corren que da gusto y a veces sacarlos es imposible, como nos ocurrió con uno). Además la roca es algo muy extraño, ya que la dureza de la arenisca es bastante superficial y si clavas algo lo más probable es que pocos milímetros después te encuentres con arena pura.

En los primeros largos nos empezamos a enterar de que iba este tipo de escalada. Después de los cinco primeros nos encontramos con un mar de dudas, ya que teníamos todo un muro extraplomado delante y no sabíamos por donde pasarlo. Todo lo que veíamos superaba ampliamente lo indicado en la reseña, y tampoco era cuestión de meterse por cualquier lado, vista la precariedad de los seguros que caracterizan la escalada en este lugar. Deambulamos a izquierda y derecha perdiendo mucho tiempo y al final acertamos al irnos decididamente hacia la derecha (sexto largo) alcanzando un punto donde había un seguro en el suelo. Allí se veía un paso claro de la zona extraplomada. Uf!!!. Después, en el libro de piadas que hay en el bar-restaurante del poblado, leímos como algunos se encontraron con el mismo problema y llegaron a abrir nueva vía para salir del embolado. Unas excursiones por la pared increíbles para salir de la embarcada.

Veintinueve grados en Diciembre no está nada mal. Uno puede imaginarse que pasa aquí cuando acaba el período invernal.

Unos cuantos largos más nos situaron en lo alto, mientras veíamos como caía la tarde y ya anticipábamos un descenso con frontales.

Llegamos al arco enseguida, previo un rapel ya montado para llegar a él. Realmente impresionante. El paso por encima de esta joya de la naturaleza es un recuerdo imborrable.

Después del arco hay otro rapel más (hay que mirar muy bien para encontrar la instalación, que está en la pared y no es el seguro que hay al borde del precipicio, ya que es tan solo un seguro para la ascensión y no es aconsejable rapelar de él) que nos sitúa en le mejor punto para ver la magnitud del arco.

Y a partir de ese punto, pues a buscarse la vida. Como la arenisca es como caminar por encima de una cáscara de huevo, únicamente el paso de mucha gente puede llegar a dejar un rastro, producto del rozamiento. Rastro que puede seguirse mientras hay luz, pero… primero se apagó una frontal y después la otra fue entrando en coma.

El descenso es complicado porque la orografía no sigue los parámetros a los que estamos acostumbrados, en que el agua, descendiendo, configura el relieve. Aquí te puedes ver obligado a dar pequeños rodeos, absurdos e impensables. Y cuando no se sabe por donde ir y además vas a ciegas, pues se complica, más cuando en el descenso hay muchos desgrimpes, incluso de II+.

Hubo momentos que tenía claro que dormiríamos a pelo (íbamos en manga corta y por la noche hace un frío que te pelas). ¡Vaya comienzo, pensé! Pero los milagros existen y de repente apareció arena, el suelo se volvió plano y una chilaba blanca surgió de la oscuridad. Pensábamos que al retrasarnos tanto nuestro jeep se habría ido (incluso a pedir ayuda para buscarnos), pero allí estaba el chaval que se dio el gran plantón durante un buen rato. Un fuerte abrazo, risas (había estado siguiendo nuestro descenso gracias a las frontales quedando muy preocupado cuando desparecieron las luces) y el correspondiente thank you very much my friend. No le puede invitar a un trago porque está gente no bebe alcohol.

A medio camino, volviendo de nuevo por la oscuridad del desierto (algo fantástico), apareció Salem con su jeep preocupado por nuestra tardanza.

Un día espectacular, en un mundo totalmente diferente, donde reina la más absoluta soledad y donde el agua no existe. Escalar mas aislado es imposible.

Hace dos años, escalando en Dolomitas, paseando un día por Cortina d’Ampezzo, entré en una librería y encontré un libro de reseñas de la zona excelente. Se trata del libro Dolomiti & dintorni de Roberto Lacopelli, que contiene unas reseñas con dibujos fenomenales. La sorpresa, al hojear el libro, fue encontrar en su final un anexo con seis reseñas de Wadi Rum, siendo la última la de la Orange Sunshine, reseña que incluyo en este post para que futuros visitantes no se vean inmersos en los problemas que pueden surgir después de la 5 reunión.

Al día siguiente nos dedicamos al turismo, visitando Petra, que está muy cerquita.


Nota final.
Vía escalada el 3-12-2005 por Xavi Díez y Joaquín Ricarte. La vía Orange Sunshine fue abierta por Howard y Colonna & friends el 27-oct-85.

Fotos (click en las fotos para verlas a mayor tamaño).
Arriba: Cruzando el arco, un momento fantástico.
Abajo:
1-2) Averías en la soledad del desierto.
3) Atasco baja las paredes del Jebel Burdah.
4) A la izquierda la cara este del Jebel Burdah.
5) La cara este con la vía a escalar (fisura de la izquierda).
6-10) Primeros largos.
11) Excursión buscando por donde seguir
12) Xavi en la quinta R.
13) Descansito en la sexta R, que cuenta con un seguro en el suelo y una plataforma donde sacarse los gatos un rato.
14) Maravillosa continuación.
15-18) Un panorama de ensueño. Se hace de noche. Fotos efectuadas poco antes de llegar al arco.
19) La cordada Xavi-Kim.
20) Xavi rapelando hacia el arco.
21) El mismo rapel visto desde abajo.
22) El arco, desde abajo, poco después de cruzarlo.
23) Xavi empezando el rapel después del arco. Puede verse donde está la instalación.
24) Acabando el rapel. El arco, desde aquí es impresionante.


 
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