lunes, julio 03, 2006

Malabar Princess


Leía el periódico y la palabra me saltó a la vista inmediatamente. No podía referirse a otra cosa. Malabar Princess solo puede ser...
Era el verano del 85 y me encontraba en Chamonix con el objetivo de subir al Montblanc y alguna otra cosa más, como la Toir Noir por el couloir de la Y. Cumplimos el objetivo, pero la climatología nos recibió con un "orage" de los que hace época. La nieve llegó hasta los 2.500 m. Nevó tres días sin parar y la nieve acumulada en la cumbre del Montblanc ascendía a un metro. Para ser el mes de agosto no estaba mal. En los Alpes las gastan de otra forma.
Aprovechamos el tiempo escalando en la pared de Gaillands, cuando se secaba, y también en la parte baja del glaciar de Bossons, que llega muy cerca del pueblo. Puedes estar practicando cómo ascender una pared de hielo y cuando te cansas te vas a la terraza de un maravilloso bar silvestre y cercano, desde donde te relajas contemplando un panorama maravilloso.
Estaba practicando como progresar en pared de hielo con dos herramientas, cosa que no había hecho nunca. Es dífícil verlo en la foto, pero no llevabamos aún crampones rígidos (los compré el año siguiente) y el baudrier era completo. Era el 85. Justo estaba intentando clavar el martillo-piolet cuando noté que me rebotaba con un ruido metálico. "No pot ser". Lo intenté dos veces más y lo mismo. Miré y a través del hielo traslucía algo oscuro. Les dije a mis colegas que tensansen la cuerda a tope y me colgué. Con el piolet empecé a picar hasta que llegué al objeto metálico. Me llevó un buen rato poder sacarlo porque era grande. Y cuando lo conseguí flipé en colores. Era sin duda una ventanilla de avión. Estaba completa. Estuvimos elucubrando todo el día sobre el tema. Había oído hablar de gente que practicando en Bossons se había encontrado restos humanos de alguien que había caído en alguna grieta, cientos de metros más arriba, hacía muchos años. Pero una ventanilla de avión...
Después descubrimos de que se trataba. En el año 1950 un avión indio, el Malabar Princess, se estrelló en la cumbre del Montblanc. Murieron sus 40 pasajeros y la tripulación. 35 años después los restos llegaban al final del glaciar...y yo me encontraba una ventanilla. Tuve suerte de no encontrarme algo más macabro.
Me arrepiento de no habérmela guardado. No le di ninguna importancia.
Ahora el cineasta francés Gilles Legrand ha llevado la historia al cine, centrada en un niño cuya vida queda rota a causa de la muerte de su madre por un alud, cuando ayudaba a buscar el avión. La hizo hace tres años con gran éxito en Francia, pero por esas cosas que pasan, no se había estrenado en España. Habrá que verla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

kim hauries d´escriure un llibre amb les teves aventures com fa el Picazo, estaria collonut, segur!
Endavant company que et llegeixo sempre!
Salut!!

 
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