sábado, septiembre 01, 2007

A burro muerto, cebada al rabo


Asisto con horror a la evolución de nuestros medios de comunicación. Lo que he llegado a ver estos días publicado por la muerta súbita de un futbolista me ha dejado anodado. Y eso que el chaval no era ningún Master del Universo del balompié. Se está perdiendo el Norte. Así se asiste a una cadena de manifestaciones, para satisfacer el espectáculo, a ver quién la dice más suprema. Y así oímos frases como la del Presidente del Sevilla, que se supone que es una persona cuerda y con un poco "de estudios". Este buen señor afirmó que a partir de ahora el Sevilla sería invencible, ya que con el jugador Puerta en el Cielo serían siempre doce y nunca más podrían perder. Poco le ha durado la parida, ya que el primer partido que ha jugado el Sevilla, la Supercopa Europea, un título importante, lo ha perdido sin remisión. Pero, ¿quién se acuerda hoy en día de las chorradas que se dicen, si oída una, ya hay cien más que llevan al olvido de lo dicho sólo hace 24 horas?
Con
Umbral ha pasado lo mismo. Es ya bastante normal que cuando un artista muere las loas al fallecido que aparecen en los medios de comunicación sean unánimes. Hay como una competición elegíaca, a ver quién dice lo mejor del desaparecido. Nos toca a los blogeros romper este status quo mediático, ya que no estamos obligados a seguir este paripé que se desencadena cuando muere un famoso y podemos ser políticamente incorrectos. Podemos decir lo que pensamos tranquilamente y no hacer como Pedro J. Ramírez (otro modesto), director del diario El Mundo que ha dicho de Umbral que era "El mejor escritor de periodismo contemporáneo", "no hay Hércules capaz de sustituirle en su columna de El Mundo". Casi nada. Tal para cual.
Hace ya tiempo que los pocos libros de Umbral que había en mi biblioteca (y es que nunca pude pasar en su lectura de las primeras páginas) pasaron a la ubicación que les correspondía, o sea una caja en el trastero. Lo mismo que hice en su día con Camilo José Cela (otro modesto, casualmente amiguete), aunque en este caso salvé dos libros (los únicos que tengo que creo que sí que escribió): Pascual Duarte y Viaje al Pirineo de Lérida. Sobre Umbral afirmar, desde mi punto de vista, que hubo un momento de columnista aceptable, que se agotó porque en vez de escribir libremente se puso "al servicio de" y eso acaba siempre quemando y en mi opinión no fue nunca un gran escritor. Lo que si fue un gran oportunista. La literatura no va a notar lo más mínimo su desaparición porque Umbral despertaba profunda animadversión y por eso nunca logro entrar en la Real Academia de la Lengua. Era un amargado y endiosado (la modestia no era su virtud) que iba con el sable en la mano repartiendo a diestro y siniestro. En Cataluña tener por seguro que tampoco se le echará en falta.

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