domingo, marzo 23, 2008

Monasterio de San Cugat del Vallés

Un joya del Románico a pocos pasos de Barcelona y pendiente de ver. No tengo perdón. El Monasterio de “San Cucufate de Octaviano” en versión castellana. Y es que en el siglo XII no existía el Vallés. Esta zona era el Octavià.

A San Cucufate, que llegó en barco procedente del norte de África, lo martirizaron por estos lugares (parece ser que primero lo asaron un poco, luego lo quemaron y finalmente le cortaron el cuello) por atentar contra la religión establecida. Siglo IV.
En el IX hay documentos sobre un monasterio que Almanzor se encargó de saquear y de enviar a su abad al cielo.

A partir del siglo XII (Románico tardío, por lo tanto) se empieza la reconstrucción de la iglesia y del claustro que es la maravilla a visitar y que le ha dado fama mundial.
De grandes dimensiones (30 m. lado) con 18 columnas dobles por lado, tenemos 18 x 2 x 4, es decir 144 capiteles.

En el comienzo de la Galería Este tenemos en la piedra una frase escrita por el escultor autor de esta maravilla: Arnau Cadell. Y hasta se representó picando la piedra en el primer capitel de esta Galería.


Los capiteles que dan al jardín son ornamentales y los que dan a las galerías están cargados de la simbología románica, tratando de transmitir con sus imágenes historias de la biblia u otras relativas a los monjes, los caballeros, animales fabulosos, juglares, etc.

Un placer dedicarse a observar estas tallas hechas en dos fases, ya que la galería sur se hizo más tarde. Es evidente, por las diferencias que se observan que no todas las realizó Arnau.
En las dependencias laterales hay un pequeño cine donde se exhibe un audiovisual sobre su historia, una exposición permanente sobre el Arte Románico (muy interesante) y una temporal (en el nivel superior, que se construyó sobre el claustro románico en el siglo XVI) sobre los Monasterios y sobre el Santo “Cucufate”.

Puedo afirmar y afirmo que toqué el timbre para que me abrieran y poder entrar. Es decir, no había absolutamente nadie. Sábado Santo, diez de la mañana. Como si hubiese caído una bomba de neutrones. Dos chicas al cuidado del Claustro me atendieron maravillosamente bien. Al menos podían hablar con alguien. Uno no está acostumbrado a este trato en sitios donde el personal está hasta el gorro de atender mucha gente. El audiovisual me lo pasaron para mi solito. Ningún problema para hacer las fotografías, trabajo que me llevó más de una hora, ya que fotografié todos los capiteles por dos lados (144 x 2 = 288 fotos) y alguno por todas sus caras. Más tarde apareció una chica que venía a dibujar. Excelnte y callada compañía. Cada uno a su trabajo. Le pude hacer unas bonitas fotos.


Viaje en tren de “rodalies” (¡como me gusta el tren!) y comida (fabetes y bacallà) en Ca la Montse.


El Monasterio

Todos los capiteles del Claustro
Arnau Cadell

En las fotografías podéis ver la inscripción de Arnau Cadell y un dibujo mío del tercer capitel de la galería este.
La fotografía del tren es en la estación de Provenza, mi estación de tren/metro de infancia y juventud. ¡El techo del túnel de la estación sigue igual! ¡No la había vuelto a pisar desde mi tierna adolescencia... cuantos recuerdos!

Recuerdo que clicando encima de las fotos las podéis ver más grandes.









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