lunes, julio 14, 2008

Fannie, Freddie, Indymac, los neoliberales y los "que no hacen nada"

El Gobierno de EEUU afirmaba el Viernes que no saldría en ayuda de Fannie Mae y Freddie Mac, dos de las grandes agencias hipotecarias de EEUU, ya que no esperaban que fuese necesario.
Pero en los últimos años hemos visto muchas cosas que los republicanos no esperaban que ocurrieran y han ocurrido, por ejemplo:
Que los terroristas estrellasen aviones contra los edificios; que Sadam Hussein estuviese diciendo la verdad sobre las armas de destrucción masiva; que a los Iraquis no les gustase la ocupación permanente de su territorio por los americanos; el huracán Katrina y que la gente de New Orleans culpase al Gobierno de una respuesta nefasta al desastre; que los Demócratas pasasen a controlar el Congreso; la burbuja inmobiliaria; la burbuja del crédito; la restricción del crédito; que Bearn Stearns hiciese aguas, etc…
A la lista ya podemos añadir una más, ya que Fannie y Freddie han pasado a ser rescatadas por el Gobierno el Domingo (antes de que abriesen los mercados financieros).

A la lista hay que añadir al banco Californiano Indymac (a un senador se le ocurrió decir que este banco probablemente necesitaría ayuda y en 24 horas los depositantes se habían llevado todo el dinero), que ha tenido que ser intervenido para evitar su quiebra (por cierto que en Dinamarca también han tenido que intervenir un banco).

No es de extrañar que Krugman en su columna de los lunes en el NYT arremeta contra esta intervención. Vemos como el dinero de los ciudadanos acude a tapar las pérdidas del capital privado. Cuando tenían beneficios, ¿también los repartían entre los ciudadanos? Los beneficios son privados, las pérdidas se socializan. Las pagamos todos, bajo el principio sagrado que no se debe dejar quebrar a un Banco.

Gabriel Jackson, historiador norteamericano, explica muy bien en El País del domingo (recomiendo su lectura) las causas de todo lo que está ocurriendo y que se resume en una palabra: desregulación.
Jackson afirma algo ya muy antiguo y conocido, que “el mercado, si no se regula, es completamente amoral … y no se preocupa por el destino de los individuos, salvo en sus funciones de trabajadores y consumidores”.
Es paradójico que durante los últimos veinticinco años hayamos asistido al ataque continuo al Estado del Bienestar y ver como los políticos han ido perdiendo su capacidad de influir en la economía que ha quedado gradualmente a merced de los mercados. Cuanto menos Estado mejor, decían. ¡Un gran avance para la sociedad!. Ahora ya vemos a donde nos llevan los mercados, y los políticos, faltos de poder, no tienen capacidad de arreglar los problemas.
Y así asistimos impávidos a declaraciones continuas, como las del PP, partido que defiende las teorías neoliberales, acusando al Gobierno de que “NO HACE NADA” (atentos a esta frase, que la vamos a ver repetida hasta la saciedad y que se va a convertir en lo primero que diga Rajoy, después de decir buenos días, siempre que aparezca ante los medios, siguiendo las prácticas ya denunciadas por Lakoff), cuando los neocons se han dedicado con dedicación durante años precisamente a eso, a que no puedan hacer nada. Hipocresía absoluta.
Por eso mi sorpresa no tiene límites cuando veo que en el congreso de CIU (Convergencia i Unió), efectuado este fin de semana pasado, gente de este partido ha solicitado ¡la creación de la Banca Pública!. Si los Bancos no nos prestan, que sea el Gobierno, o sea nuestros bolsillos los que financien a los empresarios. Recuerdo que el PP se dedicó a privatizar a destajo todas las empresas del Estado cuando en 1996 obtuvo el Gobierno y ahora piden todo lo contrario. Si va bien mía, si va mal tuya.
También los promotores inmobiliarios, que necesitan su dosis de financiación, cual cocainómanos del dinero, acostumbrados a recibirla a destajo sin ningún miramiento y condición durante años, quieren que sea el Estado el que se lo arregle todo. ¡Que los Bancos presten! piden a grito pelado. Como si los bancos tuviesen una máquina de hacer dinero y no quisiesen darle a la manivela. Aún no han entendido que a los Bancos tampoco les prestan.
Estos se ha secado, chicos. Aconsejo seguir un tratamiento de desintoxicación, como el que parece ser que puede recibir Martinsa-Fadesa que, por cierto, esta tarde ha convocado un Consejo de Administración extraordinario (yu-yu).

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