viernes, marzo 05, 2010

Grecia, sodomizada

Trato de recordar ahora aquellos días que precedían a nuestra entrada al Euro (que se materializó en Enero 2001). No faltaban artículos en las tribunas de opinión de la prensa advirtiendo que se trataba de una Unión Monetaria pura y dura, sin que existiese detrás un estructura económica organizada que soportase la implantación de una moneda única. Feldstein advirtió de ello, pero veíamos sus opiniones como intencionadas, ya que los americanos no querían el euro.

La voluntad de los mercaderes europeos, muy interesados en alcanzar este objetivo, principalmente Francia y Alemania, ignoraron todos los avisos que llegaron advirtiendo de futuros problemas si una crisis económica importante llegase a afectar algún día a la Unión. Artículos de Economía-Ficción no faltaban y muchos, principalmente, imaginaban el problema en una Francia, que si registraba grandes problemas de paro, no dudaría en echar por la borda el proyecto y volver al Franco.

Sobre las asimetrías se escribió largo y tendido. ¿Cómo se puede mantener una moneda única con diferentes niveles de inflación y de déficits públicos y comerciales?, se preguntaban los “expertos”. Ya hemos visto, incluso antes de la crisis, que lo de las asimetrías era totalmente cierto. Un país como España ha registrado tasas de interés reales negativas, ya que nuestra inflación ha sido constantemente superior a la Europea. Y por otro lado nuestro déficit de Balanza de Pagos, ha sido cada vez mayor. Y como nosotros otros muchos países de la Unión han registrado problemas similares o peores. El salvaje nivel de endeudamiento que han alcanzado algunos países (España especialmente) ha sido la guinda.

Recuerdo que el antropólogo (que no economista) Emmanuel Todd, cuando presentó su libro, La ilusión económica, en el que prevenía sobre el estancamiento de las sociedades desarrolladas, ya advertía de que el euro podría fracasar si no se tomaban medidas proteccionistas que unificasen como "nación" estructuras antropológicas dispares. En una economía global, decía premonitoriamente, “se produce para consumidores externos y así los empresarios ven los salarios internos como un coste neto y entran en una lógica de compresión salarial que provoca una insuficiencia de la demanda, que a la larga llevará al estancamiento”. Más acierto, imposible.

Estos días estamos viendo el primer caso en que las asimetrías han explotado en un país (y hay varios haciendo cola). Se trata de Grecia, tema ya conocido por todos. Hoy mismo estamos viendo como la gente se echa a la calle en Atenas para protestar de que los paganos sean los mismos de siempre: los trabajadores.

Pero vayamos por partes.

1) Al Euro como sea

Mucho se hablaba en los meses previos sobre las condiciones que debían cumplirse para que los países que deseaban integrarse en el euro fueran admitidos en el club. Se dudaba de que algunos países, entre ellos España, cumpliese los requisitos establecidos.
Pero milagrosamente todos ellos los cumplieron. Incluso la ortodoxa Alemania tuvo que hacer florituras para cumplir esas condiciones que ella misma había establecido. Así procedió a realizar una pirula revalorizando las reservas de oro a precios de mercado. Lo cual es una trampa manifiesta porque si el Bundesbank hubiese vendido el oro, el precio habría bajado.

Pero la pirula máxima la hizo Grecia. Ahora ya sabemos que no había milagros y parte de su Deuda la escondió debajo de la alfombra, cumpliendo así las condiciones de Maastrich.
En este caso la alfombra se llamaba Goldman Sachs (siempre hay un banco dispuesto a hacer guarradas por dinero), quien se quedó con el exceso de deuda. Naturalmente si alguien se queda con una deuda, se asegura que el flujo de pagos que repagan esa deuda quede comprometido y así pignoraron ingresos del Estado (los procedentes de los aeropuertos, algo que no quiebra) que quedaron atrapados ya para siempre.

¿Lo sabían los Alemanes? Evidentemente. Pero había que meter cuantos más países mejor en el club y miraron hacia otro lado. No faltaron demandas judiciales en Alemania contra la implantación del Euro en base a que ya se intuía que las pirulas eran inmensas. La duda es si esto lo hicieron otros países. ¿Lo hizo España?

2) Y llega la recesión

Los problemas que han originado las asimetrías al final se han puesto en evidencia.
Destapado el grave problema griego y los posibles problemas de otros países (España, Portugal, Italia e Irlanda) se pone en evidencia que los remedios a estos males no están estructurados.

No hay nada sistematizado. Una moneda única, pero sin Tesoro único. Ayer precisamente escribió un artículo excelente Xavier Vidal-Folch que con el título ya lo dice todo: ¿Hay alguien al mando en ese maldito puente?

3) Rota la ortodoxia, llega la Sodomización.

Marc Vidal, en un artículo magnífico que escribe hoy en El Confidencial, que se titula “Perseguiré a los que han arruinado el futuro de mi hijo”, nos explica muy bien este tema de la sodomización de un país.
Ahora los alemanes se rasgan las vestiduras ante la situación económica griega y le imponen el acoso, con cronometro incluido, creyendo además que no va a doler.

Pero el colmo llega cuando políticos alemanes les proponen a los griegos que arreglen sus cuentas vendiendo sus islas. Hace falta valor para decir tal cosa. Ya solo falta que les propongan que se prostituyan (de momento la sodomización es gratis) para pagar la deuda. No les basta con haber colonizado Mallorca, que ya desean ir ampliando los islotes.
Lo más infame del caso es que los sodomizados han recordado la época de los sodomitas alemanes anteriores, o sea los nazis, que se les llevaron todo el oro durante la Segunda Guerra Mundial y no lo han vuelto a ver.

Dios mío, ¡con quien nos hemos juntado! ¡Y esto es irreversible. Un matrimonio para siempre!

4) ¿Dónde reside el poder?

Si De Gaulle, Stalin, Churchill, Roosevelt, Truman, Adenauer, Eisenhower, todos ellos políticos con enorme poder, sacaran la cabeza de su tumba, probablemente lo primero que preguntarían es ¿quien “manda ahora”? La respuesta, obviamente, sería “los mercados”, eufemismo con el que enmascaramos la palabra exacta. Quien manda es el dinero y los políticos han pasado a segundo plano, y no hay mejor ejemplo que el de Papandreu en Grecia, bajándose literalmente los pantalones ante la imposición del nuevo poder en la sombra que domina el mundo de forma global.

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