viernes, abril 05, 2013

Se le escapaba la risa


Y se le escapaba la risa porque le ha tocado la lotería. La propaganda para su despacho es inmensa y gratuita y el éxito está asegurado. Aquí no hay nadie que siente a la monarquía (la línea directa, claro, otra cosa es el consorte) en el banquillo. Imputada no es acusada.

Vamos a asistir a una inmensa comedia. Ya El País nos adelanta que esto “permitirá explicarse a la Infanta y alejar toda duda y sospecha” ya que “está claro que la Infanta no tomó parte en la gestión del Instituto Nóos ni en otras actividades sospechosas”. Queda claro que todo esto es un paripé monumental para satisfacer la presión popular y que las aguas vuelvan a su cauce. El culpable de todo será al final el propio juez (ya vimos algo así con Garzón).

Por lo tanto lógico que Miguel Roca irradiase felicidad. Obvio lo que dice Iñaki Anasagasti.

Legalmente se saldrá con la suya, pero moralmente la Infanta estará condenada de por vida por la sociedad española.

Vimos que la mujer de Julián Muñoz (o sea, la Pantoja) no sabía nada.
La mujer de Jesús Sepúlveda (Ana Mato) no sabía nada, a pesar de que apareció de repente un coche Jaguar en el garaje.
La mujer de Barcenas tampoco sabía nada.
La mujer de Urdangarín (la infanta Cristina de Borbón) no sabía nada, a pesar de recibir kilos de emails que, como veremos, son falsos.

Y mi mujer se entera de todo lo que hago. ¡Debo ser idiota¡

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