viernes, diciembre 13, 2013

Venga, venga, privaticémoslo todo, hasta el dinero (Bitcoin)

Para lo de privatizar, en Catalunya somos pioneros. Nada más aprobar (con el voto de CiU, que para esto de privatizar sí que se entiende con el PP) la ley de policía privada (entre otras cosas, aunque se están olvidando en el nuevo código penal de aumentar las penas para los políticos corruptos, despistados que van) los de Convergencia ya han dicho que privatizan la vigilancia exterior de las cárceles, con lo que van a obtener una reducción de costes brutal, ya que los nuevos “polis” cobrarán una porquería y si se les va la mano con la “pisti” y se cargan a un supuesto prófugo, pues tanto da.

Y el Ayuntamiento de Barcelona va a la zaga. Ha decidido privatizar las aceras. Todos los locales que den algo de comer (charcuterías, panaderías, pastelerías, etc., en total hasta 17 gremios) podrán ocupar las aceras previo pago del correspondiente peaje. En 2011, tras la aprobación de la ley antitabaco, se pasó de 2.300 terrazas a 3.800 en Barcelona. Ahora hay 4.341 y se calcula que con esta nueva ordenanza se incrementarán en mil más. Propongo que hagan ya carriles-peatonales (y cobren por ello) para que podamos circular los de a pie por algún sitio.

Los que también van avanzados en el tema de privatizar son los Canadienses. Encima hay quien da ideas. Han decidido no entregar el correo. El que quiera cartas que se las vaya a buscar y han descubierto ¡milagro! que reducirán la plantilla entre 6.000 y 8.000 personas (algo más de un 10% del total) aunque no prevén despidos: el plan espera que 15.000 empleados postales se retiren voluntariamente hasta 2019. Que quede claro que se van porque quieren.

Me dice un amigo que esto no puede ocurrir por estos pagos porque hay una ley de la UE que obliga a este servicio cinco días a la semana. Bueno, ¿y qué?; están demostrando que las leyes están para cepillárselas cuando convenga.

Pero la privatización suma es la del dinero. ¿Qué tal si lo privatizamos? ¿Qué es eso de que los estados tengan el monopolio de hacer billetes? Además históricamente los estados se han dedicado a estafar a sus súbditos devaluando sus monedas.

Por lo tanto depositemos nuestra confianza en lo privado, que como ya hemos visto con lo ocurrido con la banca recientemente a nivel mundial, son muy de fiar.

Ya sabemos que el dinero en si no vale nada. El billete de 20 euros que tenemos en el bolsillo vale eso porque nos lo va a aceptar todo el mundo. Es un tema de confianza. Por eso el privilegio de emitir moneda y que te la acepte todo el mundo es un negocio impresionante del que ha abusado continuamente EE.UU. La UE creando el Euro persiguió hacer frente a este negocio abusivo. Ya escribí sobre esto hace años

Por lo tanto si hacemos una moneda privada y confiamos en ella, tampoco necesitamos el Estado para estos menesteres. ¡Viva el Neoliberalismo! ¡Desmontemos absolutamente el Estado!

Y en ello están. El dinero privado de momento es electrónico (¡sólo existe en la red!) y se llama BITCOIN y de momento ha tenido éxito como inversión especulativa pero muy poco como medio de pago. Como todo lo privado en el ámbito financiero, está generando ya su burbujazo (de 13 a 900 dólares en menos de un año) pero está empezando a atrapar a más de uno ya que a pesar de que su valor en los últimos tiempos se había incrementado de forma salvaje hasta alcanzar un valor de 1.250 en pocos días se ha hundido a 980 (en relación al dólar), lo que supone un -22% en pocos días (ver cotización). Quien quiera arriesgar, ya lo sabe, esto es como el casino (y afirman que el dinero privado es más estable).


¿Y cómo se crea este dinero? Pues algo muy sofisticado, con un sistema tecnológico que dice la cantidad de moneda que hay que emitir y así se evita su manipulación. El bitcoin lo creó Satoshi Nakamoto, pero es el seudónimo de un grupo de personas que diseñaron el protocolo Bitcoin en 2008, y que crearon la red en 2009. En una conferencia de criptógrafos se apuntaron los nombres de Michael Clear y Vili Lehdonvirt, pero ambos rechazaron ser Nakamoto. 

No me voy a extender explicando cómo se crea este dinero (con los “mineros”). Mejor leer tranquilamente la Wikipedia y ver lo sofisticado y complejo que es el tema, ya que al final este dinero lo crea un algoritmo matemático.

Los bitcoins poseen todas las características necesarias para ser considerado dinero. Es altamente divisible (hasta ocho decimales), denso en valor (una dirección puede contener millones de euros), inmediatamente reconocible con el software adecuado y fungible (cada unidad está valorada de la misma forma). Asimismo, la posesión de la clave privada permite su control. Las claves privadas pueden guardarse en una cartera electrónica o generarse a partir de una frase más o menos larga, que es suficiente con memorizarla. Esta última característica, unida al hecho de que la dirección bitcoin es un seudónimo y no refleja la identidad real de su propietario, hace que los bitcoins sean difíciles de confiscar. Alguna ventaja habían de tener, ¡no puede haber corralito!

El dinero privado durará lo que quieran los Estados. No creo que acepten un sistema monetario en la sombra que permitiría una evasión fiscal muy fácil en una economía paralela de derechas, perdiendo el estado un privilegio inmenso. Cómo escribe Edward Hadas “los desarrolladores del bitcoin están tratando de demostrar que el dinero se puede privatizar con éxito. No lo lograrán porque el dinero que no es emitido por los Gobiernos siempre está condenado al fracaso”.

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