sábado, agosto 30, 2014

Doña Adela acabará con úlcera


Decía en mi escrito de ayer que el periódico El Heraldo de Aragón se dedica con obstinación a alimentar el odio a lo Catalán. ¡Qué obsesión tan inmoral!

Pues bien, nada más transcurridas veinticuatro horas desde la carta al director que comentaba ayer que ya tenemos hoy otro artículo des mismo tenor con las mismas mentiras, lo cual a El Heraldo le trae sin cuidado, ya que el fin justifica los medios. En este caso es más grave ya que se trata de una columnista la que escribe esta sarta de mentiras e improperios.

He aquí la joya de hoy, que se titula “Televisión pública y rótulos en catalán”.

¿Hasta qué punto pretenden nuestros gobernantes tener contentos a los catalanes? En una televisión que pagamos todos como TVE, pronuncian los pueblos catalanes en catalán y, sin embargo, ciudades como Londres o Nueva York las pronuncian en español. ¿Qué tienen los catalanes para que se les haga la pelota hasta en asuntos que tienen que ver con todos y que también pagamos todos? Si ellos tienen sus canales en catalán, ¿no sería mejor leer y escribir las ciudades españolas en territorio catalán o mallorquín en español? Aún ahora, con toda la cantidad de dinero que debemos, seguimos usando las doble o triple lenguas para que se note la diferencia y seguir dividiéndonos al resto. Y no digamos de los carteles de las carreteras, son lo mejor para confundir al personal. En esto los vascos se llevan el primer premio. Si en las carreteras interiores de sus comunidades ponen los rótulos en su lengua, por mí, como si lo hacen chino. Pero si hablan y se les llena la boca de la cantidad de turistas que les llega, que piensen que uno de los motivos es el gasto que hicimos en las Olimpiadas, por ejemplo, y en todas las inversiones que les hemos hecho en carreteras y otros gastos que no han llegado, por ejemplo, a Aragón. Creo que con el tema del gasto seremos el hazmerreír de Europa. Y luego pedimos créditos, aunque sea más barato que hace dos años, para pagar el gasto corriente y emplearlo en propagandas para salir fuera de España y hablar mal de nuestro país. Somos los reyes del despilfarro.


Adela Laborda Gavalda – Zaragoza

Brutal. No sé ni por dónde empezar, pero está claro lo de Über alles que escribía ayer. Los rótulos de las carreteras han de estar en la lengua del imperio ya que confunden a esta señora cuando va por tierras autonómicas. Bueno, para las carreteras interiores da su permiso para que estén en chino.

Dice la señora que esto “de hablar en otras lenguas” (no sabe exactamente cuántas son ya que dice dos o tres)  lo hacen para hacerse notar, para que se vea que son diferentes.

Ya dice el refrán que la ignorancia es muy atrevida. ¡Vaya concepto que tiene de las lenguas que se hablan en España! ¡Para hacerse notar! ¡Y encima hacen esto debiendo dinero!, dice la señora. Parece ser que hablar catalán es malo, pero debiendo dinero ya es el colmo.

Pero aún hay elementos más notables como cuando propone que “¿no sería mejor leer y escribir las ciudades españolas en territorio catalán o mallorquín en español?” La verdad es que no entiendo lo que quiere decir con “ciudades españolas en territorio catalán”. Probablemente Doña Adela querría volver a los tiempos en que Sant Quirze de Besora era San Quirico y Sant Boi San Baudilio. Franco no se atrevió a cambiar el nombre de Massanet de Cabrenys ya que la traducción no quedaba muy fina (Demasiado limpio de cabritos) pero veo a esta señora dispuesta a todo con tal de unificar la patria. 

Vemos también en esta carta lo arraigado que está el tema de que todo lo que se invierte en Catalunya es un regalo que hacen los españoles. Resulta que Catalunya (demostrado hasta la saciedad, hasta lo reconoce el Gobierno) tiene déficit fiscal, es decir, recibe menos de lo que da, lo que significa que sistemáticamente Catalunya financia además de sus inversiones (algunas de ellas inútiles) las del resto de España, como el despiporre del aeropuerto de Huesca. Invito a esta señora a recorrer Catalunya desde la frontera francesa hasta entrar en tierras valencianas sin utilizar la autopista de peaje y así poder comprobar cómo se deja la vida en el intento, ya que no hay autovía en este tramo que es uno de los de mayor circulación de España, enormemente superior al que, por ejemplo, hay entre Huesca y Zaragoza, donde hay una maravillosa autovía (y todos sabemos de dónde salió el dinero para pagarla). Por cierto, Aragón tiene superavit fiscal, es decir recibe más de lo que da, por lo que si a alguien pagan las inversiones los españoles es a Aragón.

Eso de que Catalunya nos roba parece que sigue con vida propia. Di una mentira, repítela hasta la saciedad y tendrás una verdad permanente.

Incluso parece ser que pagaron las Olimpiadas. Deber ser que soy burriciego ya que precisamente en mi trabajo en la banca adquirí varias operaciones (enormes en importe) de crédito a los bancos japoneses (cuando entraron en problemas similares a los que tiene ahora España) que habían concedido al Ayuntamiento de Barcelona, Ayuntamiento que se endeudó hasta las orejas para realizar la Olimpiada y que ha pagado hasta el último euro sin que nadie haya tenido “que salvarla”.

A lo mejor el éxito del turismo catalán tiene que ver con saber hacer bien las cosas, como la creación de Creuers del Port (en la que yo también tuve algo importante que ver) y que ha convertido a Barcelona en la terminal de Cruceros más importante del Mediterráneo y también del mundo. Hay días que pueden contabilizarse hasta diez de los más grandes barcos del mundo amarrados en el puerto de Barcelona y que suponen un bombazo extra de 30 o 40.000 turistas. (Doy por descontado que a lo mejor es más interesante visitar Barcelona que Zaragoza, por más envidia que le dé a Doña Adela). Hay multitud de ciudades que han tenido una olimpiada y eso no ha supuesto que después haya más turistas. 

Bilis y úlcera. Odio y corrosión diaria alimentada por los permanentes escritos de El Heraldo contra Catalunya (debe ser que la cosa vende). Cuando esta señora finaliza el artículo intranquila por tanto despilfarro mejor sería que en vez de estar preocupada con la paja en el ojo del vecino, observase la viga en ojo propio, yéndose a dar una vuelta por esa faraónica obra de utilidad más que dudosa, que tiene muy próxima, y que se denomina Parque del Agua y que está (estamos) pagando de su bolsillo. 

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