martes, enero 06, 2009

AMADO MONSTRUO, de Javier Tomeo


Javier Tomeo es de Quicena (Huesca) y estudió Derecho en Barcelona. De entrada, interesante.
Tomeo, que lleva ya muchos años escribiendo ya que nació en el 32, publicó su primera novela en el 67 titulada El cazador y el tema era de un hombre que se encierra en una habitación de su casa, cual eremita moderno, para no tener que tratar con su madre.
Y este ha sido el tema central de las obras de Tomeo: personajes solitarios, autistas o con problemas de comunicación.

Amado monstruo, escrita en 1985, trata sobre una entrevista de trabajo. El aspirante tiene más de treinta años y es la primera vez que busca trabajo. El entrevistador es el jefe de personal de un banco extranjero, Krugger. A medida que avanza la entrevista los dos descubren que tienen algo en común: sus madres, que son los verdaderos protagonistas ausentes y que tienen en común ser posesivas hasta lo enfermizo y monstruoso. Complejo de Edipo a espuertas.
Evidentemente la obra es una metáfora de la soledad y de la dureza del mundo que expulsa a los diferentes. Una fábula que huye del realismo, ya que es evidente (y casi todos hemos pasado por ello varias veces) que una entrevista de trabajo nunca puede ir por los derroteros que sigue esta novela.

La obra es muy corta, casi un cuento largo, ya que trata únicamente de la entrevista de trabajo desde el principio al fin. Influencias kafkianas dicen unos y otros lo niegan porque no hay cuestiones alegóricas ni teológicas en la obra de Tomeo. ¿Será kafkiana por lo de los dedos?
Le dieron el premio al mejor libro extranjero en Francia en 1987. Puede leerse.

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