jueves, julio 12, 2012

Aspin (1.490 m.) desde Ste-Marie-de-Campan

Me levanté pronto y antes de las ocho cruzaba con el coche un Tourmalet desangelado, sin rastro de vida humana, para dirigirme a Argelès-Gazost, punto de partida para subir los collados del Soulor y del Aubisque.

Bajando el Tourmalet observé que por la otra vertiente, la de Barèges, el valle, en su parte inferior (Luz-St.Saveur), estaba cubierto de nubes. ¿Niebla, o mal tiempo?

Atravesada la capa de nubes, aparqué en la bonita plaza de Argelès que hay justo donde comienza el puerto, bajo un cielo plomizo. En la dirección del puerto el cielo estaba negro como boca de lobo.

A las nueve salí bien pertrechado contra la lluvia, ya que pintaba muy mal. Lástima. Cuando ya llevaba casi 10 Km. de puerto (primero se pasa el Soulor y a continuación viene el Aubisque), empezó a llover, primero finamente, pero enseguida arreció. Observé que gente que me había adelantado se daba la vuelta, señal de que más arriba aún llovía más.

Y bajando con cuidadito (¡como suena el casco con la lluvia!) deshice lo pedaleado, comprobando que hay gente con ganas de sufrir, ya que conté hasta diez ciclistas o más subiendo en medio del aguacero, impertérritos ellos. Los europeos obviamente están más acostumbrados a estas condiciones. Mi cuerpo pide sol y mi musculatura algo de calor.

Volví a Ste-Marie por Lourdes para no pasar por el Tourmalet de nuevo, descubriendo (el navegador de mi coche se obstina en ir por rutas no habituales) una pequeña carretera que lleva a Campan desde Bagnères-de- Bigorre (la D8) que es pura delicia. Me la apunto.

En Ste-Marie aún hacía sol, así que dejé el coche en el camping (L’Orée des Monts), que está al comienzo del puerto en un lugar (cuatro casas) denominado Séoube, bajé hasta el inicio del puerto del Aspin para hacerlo completo y lo subí por esta vertiente (hace pocos días lo hice desde Arreau). La temperatura había bajado notablemente lo que obviamente indicaba que el frente de lluvias venía raudo y veloz y así lo mostraba el cielo, que se iba nublando.

El Aspin desde Ste-Marie es irregular, ya que sus primeros siete kilómetros son relativamente suaves y los cinco últimos (desde La Payolle) son más duros con algún kilómetro por encima del 8%.

Muchos más ciclistas ya y la mayoría siguen siendo holandeses, belgas e ingleses. Franceses, claro, tampoco faltan. La foto en el collado me la hizo una belga-flamenca (vestida de blanco en la foto).

Mira por donde aún aproveché la mañana. Por la tarde retirada a tierras españolas para pedalear por tierras de la Ribagorza y del Sobrarbe que allí siempre hace sol o al menos no llueve tanto. Pasando el túnel de Bielsa (que sigue en obras; paso restringido con semáforo) me cayó la de Dios. 


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