domingo, julio 15, 2012

Envalira (2.408 m.) desde Andorra la Vella

Creo que Envalira es el puerto más largo y más alto del Pirineo. Eso no quiere decir que sea lo más duro en materia de puertos catalanes y pirenaicos. El Turó de L’Home, sin ir más lejos, castiga más. 

Pero Envalira tiene su propia dificultad especial. En primer lugar, si lo haces saliendo de Barcelona la misma mañana, cuando llegas ya lo haces cansado por el madrugón y porque los accesos a Andorra son un Cristo permanente. Llegar a Andorra sigue siendo un poema. Aquí aún hay obras, vaya, vaya. E incluso ¡construyen gasolineras! cuando Andorra es el país del mundo con más gasolineras por km cuadrado.

Después toca aparcar. Absolutamente todo el valle es un parquímetro viviente. Y no me de la gana pagar. De hecho el puerto empieza en las mismas calles de Andorra la Vella, entre el “tiendeo”. Pero preferí irme un poco más arriba, a la salida de Les Escaldes y además de no pagar (no me gustan los atracos), salir pedaleando ya con un poco de tranquilidad. 

Pero esto de la tranquilidad es un decir. Andorra es el PARAÍSO DEL CICLISTA SUICIDA. Si quieres sufrir con el tráfico, pues Envalira te espera amigo ciclista. 

Y es que a los andorranos ya los conocemos bien por tierras catalanas. Da la sensación que viven en una jaula y cuando pasan la Seo de Urgell se desbocan y han de liberarse dandole al pedal y al motor de los buenos coches que llevan (gracias a que no hay IVA y salen mucho más baratos).

Paraíso del 4x4, si se quiere comprar un todoterreno Andorra es el mejor exponente de lo que hay en el mercado. Una vuelta por el Principado y no hace falta comprar revista alguna para ver que hay. 

¡Qué agobio!¡Qué agobio! Toda la ascensión y descenso sufriendo. Sólo en el tramo final, dejado el desvío en Grau Roig al nuevo Túnel de Envalira, que evita los últimos 400 m. de desnivel del puerto (a cambio de pagar), me relajé un poco. Las lazadas finales son de lo más disfrutón. 

Pero la jornada, de pleno sol, tuvo otro elemento que aumentó la dificultad sobremanera: el fuerte viento que soplaba en todo el valle. De subida casi siempre me vino por la espalda (aunque no siempre y cuando me venía de frente la subida se volvía casi imposible), una buena ayuda a la ascensión, pero al bajar se había ya convertido en un vendaval que casi me tiró al suelo en varias ocasiones (si hubiese llevado ruedas de perfil alto me habría ido al suelo casi seguro). 

A menudo me desplazaba a mi izquierda o derecha (o me dejaba clavado) y, con esa gente pasando en cualquier situación y a toda pastilla, dejando menos de medio metro de separación, mi corazón acabó cardíaco. 

Y realmente fue así. El Forerunner que llevo graba entre otras cosas mis pulsaciones por minuto de forma continua. Pues bien, en la subida oscilé desde los 130 hasta los 160, con 170 en momentos punta. Nunca, pero nunca, suelo psar de 180. Pues bien, bajando tengo puntas registradas de 210 pulsaciones. Auténticos sustos cardíacos. No creía que mi corazón pudiera alcanzar a estas alturas semejante marcha. Nunca antes había visto tales cifras.

Desagradable el puerto cuando en realidad sería muy bonito sin tráfico. A pesar de su longitud se me hizo corto, absorto como estaba controlando a los coches que me adelantaban (además hay un túnel al comienzo del recorrido). No creo que me vean repitiéndolo. Demasiado riesgo. ¡Y me quejaba del Tourmalet o de La Bonaigua! Balsas de aceite comparadas con esto.

Divertido que el puerto fuese final de etapa, cuando no hace mucho tiempo fue comienzo de una ascensión montañera o punto de partida para un día de esquí.

13-7-2012. 26 km. (me comí los cuatro primeros) y 1.400 m. de desnivel desde donde empecé.

Hay una altimetría completa y otra detallada empezando en Encamp.


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