miércoles, octubre 09, 2013

Hautacam desde Argéles-Gazost

Y última ascensión en tierras francesas. Bueno, mañana de regreso a Graus a lo mejor cae algo más…

Me he dejado para el final esta dura subida a esta estación de esquí, que guarda en su memoria kilos de mitología del Tour, ya que muchas veces esta estación ha sido final de etapa.

Después de haber subido ayer el dúo Troumouse-Plateau de Saugué, noto ya un cierto cansancio y es que llevo ya cinco días seguidos subiendo puertos. Al menos hoy me presentó a pie de puerto con los carbohidratos a tope después de haberme tragado ayer unas buenas dosis de espaguetis.

La altimetría de la ascensión ya avisa de lo que me espera. Me he ido de nuevo hasta Argéles-Gazost, pero esta vez, en vez de entrar al pueblo como cuando fui al Soulor-Aubisque, en Pierreffite-Nestalas me dirijo por una carretera (que acertadamente ya indica Hautacam) a la parte del pueblo más próxima al inicio de esta subida a la estación de esquí.

Paso por donde se inicia la subida y sigo hasta cruzar el río y encuentro una rotonda en la que hay como un campo de deportes. Perfecto para aparcar y a poca distancia del inicio del puerto. Sensacional.

Otro día soleado (y van seis) y calor. Hoy es un poco tarde y es que las sabanas se quedaban enganchadas. Pero no hay problema, ya que hay tiempo de sobra.

Me esperaba una ascensión similar a la de Luz-Ardiden, es decir, primero unos pocos pueblos y después una ascensión pelada. Pero no, Hautacam es una subida preciosa, inolvidable. Encantadora, llena de pueblos: Ayros-Arbouix, Arbouix, Souin, Artalens y St. André. Mira por donde, hoy que me esparaba algo duro, ha sido un deleite.

Lo primero que me sorprendió es ver carteles de protesta en los pueblos. Primero por el excesivo tráfico de camiones y después contra la construcción del túnel bajo el Vignemale. Yo creía que este proyecto ya estaba abandonado.



La ascensión transcurre entre prados, bosques y pueblos encantadores. Hasta hay fuentes, como puede verse en las fotos, preciosas.

¡Esto es una fuente! Parada al bajar para llenar el bidón que ha quedado vacío.




La subida empieza anticipando que la pedalada hoy va a ser una maravilla



 


Vamos ganando altura. Se acaban los bosques.


Argéles-Gazost queda ya muy lejos.


Ahí tenemos el primer final, en ese edificio al fondo, en medio de lo que parece un collado.


Panorama desde el punto final de etapa. La foto tiene 180 grados y por lo tanto las dos carreteras enlazan.



El final, claro, es una estación de esquí, y en eso no hay diferencias: desolador. Pero aún aquí hay alguna variación. La estación en verano tiene instalaciones de ocio, como un tobogán para los jóvenes. La pintada en el suelo del nombre de la estación con grandes letras con el logo del Tour es impresionante.

Vista de la parte baja de la estación, donde llega el Tour. Puede verse perfectamente Argéles y el recorrido a la izquierda, subiendo, que es el Soulour. El valle de detrás, con la misma orientación es el Col de Spandelles.

Llegué al final con un holandés que, durante la ascensión, nos fuimos pasando varias veces, según caían las paradas para las obligaciones habituales.

Me pasó en el kilómetro final y cuando llegué a su lado, bajo el pirulo que recordaba a los últimos ganadores de etapa del Tour, me dijo “choca esos cinco, campeón, que tiene mérito que a los cincuenta años subas esto”. La carcajada que solté fue inmensa. ¿50? ¡Si ya estoy jubilado! Menuda cara puso. Resulta que subía con su mujer, que llegó un cuarto de hora después, y lo primero que le soltó fue que era de Barcelona y que tenía un porrón de años. Durante el rato que estuvimos esperando a su señora me saco el tema de la crisis en España. Nunca antes la gente se preocupaba tanto por nuestro país.

Primer final, con la pintada inmensa (destinada a los helicópteros que siguen el Tour) y la carretera que sigue a Tramassel.




Los colegas holandeses.


Un pirulo recuerda a los ganadores de las cuatro últimas veces que el Tour ha finalizado etapa aquí: 94-Leblanc/96-Riis/2000-Otxoa (que mala suerte tuvo)/2008 Piepoli. Puede observarse que los nombres de Riis y Piepoli están tachados... y es que después dieron positivo.



El tobogán (corto comparado con otras maravillas que hay en los Alpes)


Cuando llegó la señora sacó de la mochila que llevaba unos bocadillos de kilómetro y medio. Uno, que va mirando hasta el microgramo, y otros subiendo kilos. Ya había visto que la carretera seguía subiendo, pero ni idea de su recorrido. Fueron ellos los que me dijeron que subía unos dos kilómetros más, hasta el Col de Tramassel, parte alta de la estación, donde había un bareto.

Bar en el Col de Tramassel



¡Un bareto! ¿Aún dos kilómetros más después de esta asmada, pero dan cerveza? ¡A por ellos! Y así alargué la subida a Hautacam y la verdad es que es lo que corresponde, aunque el tramo supera el 8 % con 11 y 12 % de vez en cuando. La verdadera subida es hasta aquí arriba, no donde acaba el Tour (en Alpe d'Huez ocurre a la inversa, el Tour acaba más arriba que la subida tradicional).

Una vista impresionante desde la terraza del bar


Corría un viento refrescante y estaba degustando la cerveza disfrutando del panorama cuando llegó una pareja en descapotable y la señora al entrar en la terraza me aplaudió. Uno se siente muy alagado en estas ocasiones. La gente es muy amable. Levanté la jarra a modo de agradecimiento.

Y la bajada… ¡Dios que bajada! Piso inmejorable y nada de tráfico, así que ha sido gloriosa (ni he tenido que abrigarme). Me sentía volar. Las querría todas así. Véase lo grabado por el IBike. Casi no he dado pedales.

Y para Luz de nuevo. Mañana para casa. Ya no me ha podido ir mejor. ¡Que suerte! Lo negativo ha sido la imposibilidad de subir el Tourmalet debido a las obras a consecuencia de las riadas del mes de junio. Queda pendiente, así como el Spandelles y en Arreau la subida a Cap-de-Long. Que gusto seguir teniendo cols de los que disfrutar.

Como se puede comprobar, se sube sin descanso (el color marrón significa que pedaleo y el color naranja todo lo contrario). Puede verse como el primer km.  y medio de la bajada toca frenar (rojo), pero después... a saco Paco.

 

La victoria de Javier Otxoa en Hautacam en el 2009, después de una escapada de 160 km. "Batiendo a un superclase", dice Ángel de Andrés en los comentarios, ya que ganó a Lance Amstrong. Ahora sabemos que en realidad Amstrong, en vez de un superclase, era un superdopado, así de rápido iba el chico.

 

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