martes, junio 26, 2012

El Turó de l’Home (1.712 m.)


En Catalunya hay tres ascensiones en bicicleta que son un “must”, una obligación para todo aquel que pedalea por esos puertos de Dios. Una es el Monte Caro en Tarragona con un coeficiente 336 (23,2 Km.; 1.423 m. de desnivel). La segunda es el Coll de Pradell (ya sea por Vallcebre o por Fumanya).

La tercera es alcanzar la cota máxima de la montaña del Montseny, el Turó de l’Home, con 25,6 Km. y 1.497 m. desnivel, una ascensión muy dura (coeficiente 299) pero que como dice la ficha técnica de esta ascensión, “si hemos conseguido nuestro objetivo, podremos disfrutar de la dulce sensación de haber dominado un puerto colosal". 

Este coeficiente de 299 supera de largo el de alguno de los puertos míticos, por ejemplo el Alpe d’Huez, que tiene un 278. Por lo tanto hoy ha sido un día lleno de emociones e inolvidable para mis piernas. 

Enorme madrugón para no pasar calor, porque arriba de la montaña el aire es fresco (media de temperaturas tomadas en el observatorio de la cumbre en Junio, en el período 61-90, máx: 15,4 min: 8,3.) pero el sol en los últimos kilómetros te fríe al estilo Bonaigua, por poner un ejemplo. 

Algo de tráfico hasta La Costa del Montseny, pero a partir de aquí cero patatero. Me ha pasado un colega a media subida y llegando a la cumbre dos más, lo que ha ido de maravilla porque no había absolutamente nadie por allí arriba para hacerme la foto triunfal. 

Día sin una sola nube y bastante visibilidad; y desde el Montseny, atalaya única, hay mucho que ver. Una gozada ir ganado altura y ver lo que van dejando tus piernas abajo. La primera parte del recorrido discurre por bosques de pinos, con buenas y frescas sombras. Más arriba de La Costa hay un tramo con hayas, donde la sombra es profunda. Un auténtico túnel vegetal. 

La carretera en buen estado, pero cuando se deja el desvío que va hacia Santa Fe del Montseny y empieza el tramo heavy, el estado del firme es deplorable, lo que le añade un plus de dureza que no recoge el cálculo del coeficiente indicado anteriormente. El último kilómetro parecía estar cerrado al tráfico de coches. 

Estos últimos cinco kilómetros tiene una indicación pintada en el suelo con el % que le espera al sufrido ciclista en el kilómetro siguiente. La entrada para el primer km. es triunfal: 10%. Tramo final durillo porque las piernas ya llevan mucha tralla y es exigente. Bastantes tramos al 10-12-14 y hasta 15% a lo largo del recorrido (ver ficha). Si no se hace algo por arreglar esta carretera pronto será una pista y será necesario subir con BTT en vez de utilizar la flaca, que hoy ha llevado un buen meneo, sobre todo bajando, sujeta a un duro traqueteo. La prueba es que cuando he sacado la bicicleta del coche, al llegar a casa, la rueda trasera estaba desinchada. Mucho estrés para estos tubulares tan finos.

Añadir que en la subida hay cuatro cortas bajadas, lo que supone que en vez de los 1.497 metros que dice la ficha técnica (1.652-155), mi Forerunner indicase 1.675 m. Luego, al bajar me he ido a tomar la carretera de Santa Fe a Sant Celoni. Esto me ha supuesto subir unos metros más, lo que me ha dado un total de desnivel subido acumulado hoy de 1.762 m. 

Este trayecto por el que se pasa de una vertiente (oeste) de la montaña a otra (este) es auténticamente delicioso y es corto. Tiene una ligera subida hasta una especie de collado donde están las antenas de telefonía y a partir de ahí se desciende por un hayedo inmenso tan tupido que el sol desaparece completamente. Todo justito me iba para ver la carretera con las gafas de sol (que son graduadas y si me las quito veo menos aún). 

Y después el descenso delicioso de 20 km. hasta Sant Celoni. Asombroso el cambio de temperatura que se iba produciendo curva a curva en el descenso. Abajo era un torradero.

Reseñar que la ascensión a esta montaña fue mi primer logro montañero la cual efectúe en excursión colegial y de la que guardo un entrañable recuerdo. ¡Quién me iba a decir que casi cincuenta años después subiría aquí en bici!

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Fotos:
Arriba, en la cima final de la carretera, que no es propiamente la cumbre del Montseny (aunque tiene casi su altura), que puede verse en la foto con el refugio (antiguo observatorio metereológico).

Abajo.
1) A media subida la cumbre aún está muy lejos y muy arriba.
2) Pedalear observando como le ganas metros al valle es un placer.
3) Las fuertes lazadas de la carretera cuando empieza la traca final.
4) Ya falta poco.
5) En la cumbre con la cima de Les Agudes al fondo.
6) Panorama de la cresta Turó de l'Home - Les Agudes.
7) Antena de importancia crucial para el tráfico aéreo de esta zona.


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