miércoles, julio 02, 2014

Vuelta por la Alta Garrotxa

El asfaltado hace poco tiempo de la carretera que une la población de Oix con Beget ha permitido trazar, para alegría de los ciclistas, un bello recorrido circular en la Alta Garrotxa que comprende varios puertos con un recorrido de 90 km. aproximadamente.

El punto de partida y final para este recorrido circular puede ser cualquiera de los pueblos por los que se pedalea, pero obviamente los dos óptimos son Sant Joan de les Abadesses u Olot.

Yo elegí el primero, ya que procediendo de Barcelona es el punto más cercano. Si, por ejemplo, se parte de Girona lo mejor es empezar en Olot.

Partir de Sant Joan es perfecto porque ya te meriendas el primer puerto (Santigosa) así como empiezas a pedalear, ya que se trata de una subida muy cómoda.

Coll de Santigosa



Catorce grados de temperatura no es algo normal a las puertas de julio y me tuve que poner algo de ropa porque la subida tenía poco sol a esas horas de la mañana y la bajada era fría de verdad, pero el día de bandera. Casi sin tráfico. Estupendo.

En Olot me colé y entré a la villa y tuve que desandar tres kilómetros. No sería el único error del día. Me tenía que haber quedado en la misma carretera y cuando empieza la autovía, momento en el que es obligado para los ciclistas salirse, allí está la carretera que lleva hacia el Polígono Industrial La Canya y después hacia Sant Joan de les Fonts (estupendo monasterio románico que tendré que ir a ver un día) y Castellfollit de la Roca, bello pueblo encaramado en lo alto de un risco (columnatas basálticas) enorme y espectacular (ver foto). En este tramo hay tráfico por un tubo.

Castellfullit de la Roca, al borde del precipicio.




Aquí vino el segundo error y me pasé el desvío a Oix que está nada más bajar el pueblo y cruzar el río Fluvià (punto de cota más baja de todo el recorrido). Así que tres o cuatro kilómetros “pallá y paquí” de propina. Es aquí donde empieza un recorrido maravilloso con poquísimo tráfico.

Antes de llegar a Oix hay que enfrentarse a otro puerto, el Coll de Camporiol, corto y sin problemas.
 

En Oix ya da la sensación de estar fuera de este mundo y pedalear es un gran disfrute. Podremos ver un castillo del siglo XV, el Castillo d’Oix, de los señores de Bestrecà. Lástima que una monumental granja de cerdos perfume el ambiente.

El Castillo d'Oix (con granja incluida) y la entrada al pueblo. Paz y tranquilidad.




Pasado Oix hay que enfrentarse al tercer puerto, el Coll de la Rabassa, el más duro de la jornada en cuanto a porcentajes: cuatro kilómetros al 7,5/10,3/9,2/8,9% (aunque veremos el 13% en el “inclinómetro”).


En la bajada del puerto, que nos llevará al precioso pueblo de Beget, se puede observar que la estrecha carretera recientemente asfaltada ya presenta deterioro con algún que otro agujero descomunal. Típico de este país que las obras estén hechas con materiales deficientes. Si pasa con el AVE, véase lo que puede pasar con una carreterita como esta.

En Beget entré en el pueblo y me senté un rato en el Restaurante Can Jeroni para hidratarme y reponer fuerzas, porque salir de Beget hasta alcanzar la carretera que va de Camprodón a la frontera por Molló es todo un subidón cuando ya llevas en las piernas tantos kilómetros.

Lo primero que ves al llegar a Beget es el campanario de su bella iglesia.


Beget cuenta con una iglesia románica sensacional (su famosa iglesia de Sant Cristòfol, en cuyo interior destaca la Majestad, una talla policromada que es considerada una de las principales tallas románicas catalanas) y la foto era obligada. Un grupo de boyscouts infantiles llegó andando en aquel preciso momento justo para que me hicieran la foto.
 








Hay que reconocer que la subida es durilla, porque cuando llegas a Rocabruna parece que has coronado el puerto, pero no, ya que quedan los tres kilómetros más duros. En Rocabruna también hay otra pequeña iglesia románica (Sant Feliu de Rocabruna), aunque muy restaurada. Interesante ver como se accede al campanario por una escalinata exterior.

Parece que coronas puerto en Rocabruna, pero no.


La pequeña iglesia románica de Rocabruna con su acceso al campanario por el exterior.




Rocabruna queda atrás pero aún quedan unos kilómetros de dura subida.



Finalmente llega la dulce bajada después de coronar el puerto (Boixeda) (que será el punto de cota más alta del recorrido). También este tramo de carretera que nos lleva hasta la C38 se arregló y ensanchó. Se alcanza la carretera que lleva a Francia por el Coll d'Ares (subí hace dos años), que está muy cerca, y se emprende nueva bajada hasta el mismo Camprodón, pueblo delicioso.

Y desde Camprodón en bajada suave en muchos tramos, se vuelve al punto de partida, pasando por Sant Pau de Seguries.

Este recorrido se puede alargar con otro puerto más, la Collada de Burguerès. Para ello hay que desviarse pasado Camprodón, en la Colonia Estevenell.

Mi recorrido, con los errores, fue de 96,3 km. y 1.780 metros de desnivel.


Un buen relato de este recorrido.

Este es el perfil del recorrido, pero con comienzo y final en Beget.
Y este es el perfil grabado por mi Ibike Newton+


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